1. Utiliza un buen trapo de sábana algodón 100% para la limpieza de tus cristales, pero recuerda que si el trapo no está perfectamente limpio, no conseguirás eliminar la suciedad total, y probablemente te queden entelados y necesites repasar varias veces para conseguir un acabado perfecto y brillante.
2. Si empleas un líquido limpiacristales, comprueba su efectividad con uno de fórmula probada. Es importante limpiar lo cristales con un limpiacristales que no deje residuos, porque de lo contrario te será realmente complicado lograr buenos resultados.
3. No debes limpiar nunca los cristales si les está dando el sol directamente. La temperatura hace secar el cristal demasiado rápido, y no permite retirar adecuadamente la suciedad depositada, dejando numerosas manchas en cada pasada.
4. Organiza el trabajo, y empieza a limpiar los cristales por los marcos de la ventana, que es donde se acumula mayoritariamente la grasa y el polvo. No pases el trapo si está muy sucio por las zonas de menor suciedad (que suelen coincidir con la parte central del cristal, donde suele haber huellas o pequeñas manchas), utiliza otro limpio, o arrastrarás la suciedad de un lugar a otro complicando la limpieza.
5. Emplea un trapo grande de medida XL, con el que cubrir la mayor parte de la superficie del vidrio y te será más fácil realizar la tarea, te agotarás menos que con uno pequeño. Ve dándole la vuelta al trapo, y limpia con las partes limpias y secas del paño, los buenos resultados no tardarán en aparecer.